sábado, 4 de dezembro de 2010

LUEGO DE LA TEMPESTAD....

CUANDO ABRÍ LOS OJOS AL OTRO DÍA, UN SILENCIO, QUE CASI SE PODÍA TOCAR, ME INDICÓ QUE TODO HABÍA TERMINADO....

En algunos momentos de la vida, cuando te toca vivir cosas que quizá nunca habías vivido, te das cuenta que desde que colocaste los pies en el mundo, firmaste un contrato que te obligaba a estar en cualquier lugar, en cualquier momento, viviendo lo que querías y no querías vivir.
Yo lo sentí en las últimas semanas. Cuando escuchaba de las guerras urbanas, las sentía tan lejos de mí. Como decía susanita, gran amiga de mafalda, personaje inmortalizado por Quino, al ver los titulares de los periódicos y ver guerra por todos lados, parecía que el mundo estaba tan lejos de mí...
Pero no era así. Estaba a la vuelta de la esquina. Comenzó en la panadería donde frecuentemente iba a comprar el pan para desayunar. Un acto violento rompió los esquemas de tranquilidad que hasta entonces había vivido. Eso sólo fué el comienzo.
Me acuerdo que hace más de 10 años, en la época de los atentados en mi país, la paranoia, el terror y los problemas nerviosos eran comunes. Busqué paz en otros horizontes. Pobre ilusión!
En los últimos días, tuve que ver a las fuerzas armadas de mi querido país residente enfrentar un grupo de bien armados delincuentes.....nacionales. Sí. Ni siquiera eran extranjeros. En otras palabras, personas nacidas en este maravilloso país que querían hacer de él un lugar de terror.
Volver a tener temor de salir, nervios a flor de piel, saber que uno sale, pero no si uno vuelve a su casa en paz. Ver noticieros transmitiendo los hechos como hace años lo habían hecho con irán, irak, vietnam, corea, etc. Pero solo que ahora tenían protagonistas que hablaban un idioma reconocido.
Ciertamente, alguien tuvo razón hace unos años cuando declaró que el principal enemigo del mundo es el mismo hombre. Pues solo el hombre podría pensar en destruir lo que es suyo por herencia.
Gracias a Dios, estamos en aparente paz. Por cuánto tiempo? no sé. Sólo Dios sabrá.
Por encuanto, aprovecho las tranquilas mañanas con el sol entrando por la ventana de mi cuarto. Con el sonido del río, contaminado pero al fin de cuentas río, que pasa al lado de mi casa. Con los gritos del saguí en los árboles vecinos, queriando atravesar la calle. Con los grasnidos de las garzas que viven en el quintal de mi vecina.
Espero que esta tranquilidad nos permita pasar una navidad en paz.
En el nuevo año, espero que tengamos paz, alegría y amor.

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